Hasta hace poco tiempo, si usted era uno de los millones de pacientes con errores refractivos, anteojos o lentes de contacto eran las únicas opciones para corregir la visión. Con el arrivo de la cirugía refractiva, algunos pacientes con miopía, hipermetropía o astigmatismo (una córnea con curvas desiguales), pueden mejorar su visión.
Láser in situ keratomileusis, o LASIK, es un procedimiento quirúrgico refractivo que utiliza un un cortador llamadomicrokeratoma para crear una aleta en y un rayo láser para restructurar la córnea. La córnea restructurada ayuda a enfocar la luz directamente hacia la retina, produciendo así una visión más clara.
El procedimiento LASIK en generalmente ambulatorio utilizando anestesia local por medio de gotas. El procedimiento dura unos quince minutos. El cirujano crea una aleta con un microkeratoma. La aleta es levantada y vuelta hacia atrás, y un rayo láser frío, llamado de eximer, es utilizado para remover una capa fina del tejido de la córnea. La aleta es situada de nuevo en su posición original y sellada sin necesidad de suturas. El tejido removido hace que se reestructure la forma de la córnea permanentemente.
Una capa transparente protege la aleta durante el primer día y la noche. La visión es un poco nubosa inmediatamente después del procedimiento, pero se aclara rápidamente, a menudo en solo unas pocas horas. Su visión debe ser clara al día siguiente. El proceso de recuperación es generalmente menos doloroso que otros procedimientos de cirugía refractiva, ya que el rayo láser remueve el tejido interior de la córnea, no el de la superficie. Antibióticos y gotas de esteroides se usan varias veces al día durante la primera semana, al igual que gotas humectántes. Después de la primera semana, las únicas gotas que deben ser usadas son las humectántes.
Algunos pacientes experimentan visión baja después del procedimiento LASIK. La cirugía puede resultar en alguna hipocorrección o hipercorrección, lo que puede ser mejorado con una segunda cirugía. Otras complicaciones, menos frecuentes, pueden incluir la dislocación de la aleta, un crecimiento epitelial interior e inflamación o infección por debajo de la aleta. La mayoría de estas complicaciones pueden ser manejadas sin pérdida alguna de la visión. Una pérdida permanente de la visión es muy rara en este tipo de procedimiento.
El candidato ideal para el procedimiento LASIK debe tener un error refractivo estable, un grosor adecuado y forma normal de la córnea, libre de enfermedades del ojo, y con un mínimo de dieciocho años de edad para poder aceptar el potencial de riesgo, complicaciones o efectos secundarios.
(c) 2007 The American Academy of Ophthalmology