La retinopatía diabética proliferativa es una complicación de la diabetes causada por cambios en los vasos sanguíneos del ojo. Si usted tiene diabetes, su cuerpo no utiliza o almacena al azúcar de manera apropiada. Altos niveles de azúcar en la sangre crean cambios en las venas, las arterias y los vasos capilares que transportan la sangre a través del cuerpo. Esto incluye los pequeños vasos sanguíneos de la retina, que es la membrana interior que cubre el fondo del ojo y recibe la luz, permitiendo que usted vea.
En la retinopatía diabética proliferativa, los vasos sanguíneos de la retina se dañan de tal manera que se cierran. En defensa, la retina produce nuevos, frágiles vasos sanguíneos que desafortunadamente son anormales y crecen sobre la superficie de la retina, impidiendo el suministro de sangre a la retina.
Ocasionalmente, estos nuevos vasos sanguíneos sangran y causan hemorragias del vítreo. La presencia de sangre en el vítreo, que es la sustancia gelatinosa que llena el centro del ojo, bloquea los rayos de luz impidiendo que lleguen a la retina. Una pequeña cantidad de sangre puede causar manchas flotantes, mientras que una hemorragia grande puede bloquear completamente la visión, permitiendo solo la percepción de luz y oscuridad.
Los nuevos vasos sanguíneos también pueden causar cicatrización de los tejidos. Estas cicatrices se encogen, arrugando y tirando de la retina, y distorsionando la visión. Si la acción de tirar de la retina es severa, la mácula puede desprenderse de su posición original y causar pérdida en la visión.
La cirugía por láser puede ser usada para encoger los vasos sanguíneos anormales y reducir el riesgo de hemorragias. El cuerpo usualmente absorbe la sangre de una hemorragia del vítreo, pero esto puede demorar días, meses, y hasta años. Si la hemorragia del vítreo no cesa dentro de un periodo razonable de tiempo, o si un desprendimiento de la retina es detectado, una operación llamada vitrectomía puede ser realizada. Durante la vitrectomía, el cirujano limpia la hemorragia y cualquier cicatriz del tejido que se haya formado, y realiza un tratamiento con rayo láser para prevenir la formación de nuevos vasos sanguíneos anormales.
Algunos pacientes con RDP no presentan síntomas sino hasta cuando ya es muy tarde para su tratamiento. La retina puede estar bastante lesionada, aún antes de que haya cambios en la visión. Existe evidencia significativa que sugiere que la disminución de probabilidades de adquirir retinopatía diabética proliferativa se debe al control riguroso del azúcar en la sangre.
Debido a que muchas veces no hay síntomas de la presencia de retinopatía diabética proliferativa, si usted tiene alguna forma de diabetes debe consultar a su oftalmólogo (Medico de ojos) con frecuencia.
(c) 2007 The American Academy of Ophthalmology